Rossemarie Caballero, es una escritora nacida en Cochabamba, Bolivia, en 1961. Es poeta, novelista, docente universitaria y columnista de prensa.
Tuve el placer de llegar a su obra en el marco de presentaciones en la 44° Feria del Libro organizada por Tahiel Ediciones.
¿Cómo nació tu interés por la literatura?
Se diría que sabía que quería ser escritora, es como si lo llevara en las arterias, y para ello me fui preparando. En la época que comenzaba la escuela, allá en la Bolivia de los años 70, escuchaba publicidad por radio sobre unas novelas de autores, según yo, inaccesibles para el bolsillo de mis padres. A mí me intrigaban esos títulos, recuerdo bien que eran "Más allá del horizonte", de Joaquín Aguirre Lavayén, y "Bajo el oscuro sol", de Yolanda Bedregal, entre otros. Estos libros me parecían más contextualizados que aquellos que nos daban a leer "Fábulas de Esopo", "Cuentos escogidos", etc. Un anochecer mi madre me preguntó qué quería ser de grande. Seré escritora, le contesté. Me miró y dijo No hay que soñar tan alto, hijita. A mis quince años escribía cartas de amor por encargo de amigas. Le voilà! Tengo varios libros publicados y tal parece que recién empiezo porque muchas ideas bullen en mi mente.
En tus relatos se advierte una fascinación por el ajedrez.
¿Cómo nació esa pasión?
Antes de jugar con muñecas yo jugaba con las piezas de ajedrez. Un hermano mayor llevó a casa un tablero grande con dos juegos: ajedrez y damas chinas. Mi hermanito menor y yo nos aburríamos jugando damas chinas (con canicas de cristal), y brincamos al otro juego con peones, torres y el rey que eran las piezas más fáciles de mover, después aprendimos los movimientos de la dama y los alfiles y por último el caballo, que era el más complicado. Tendríamos entre cinco y tres años de edad. En colegio nos daban clases de teoría después con algunos torneos que gané libros de ajedrez donde fui leyendo y practicando tipos de defensa a ataque. Posteriormente asistí a cursos en Instituto de deportes en Cochabamba para aprender la nueva notación algebraica, porque antes se usaba la notación tradicional.
¿Cómo llegas a esa fusión entre las letras y el ajedrez?
Me apasiona el ajedrez porque es un desafío a las neuronas donde se pone en juego la lógica matemática y la agilidad mental, de las que suelo echar mano en mis escritos. De hecho, mi primera novela "El vuelo de la Esfinge", que pronto se reedita en Bolivia, se desarrolla durante una partida de ajedrez entre un hombre y una mujer. A propósito, uno de mis primeros poemas define que el amor también es como un juego de ajedrez: ahora diría yo, más acorde con Borges, que la vida podría ser un torneo de intensas partidas de ajedrez, donde a veces pierdes, pero también ganas. Las infinitas combinaciones posibles en este deporte ciencia es lo que me fascina.
En tus relatos se percibe la figura de las inseguridades, pero también de la resiliencia de las protagonistas. ¿Cuánto hay de tí en cada una?
Los eventos de inseguridades hacen de mi vida una constante, porque siempre busco la mejor manera de remarla. Al final me tuve que hacer sola desde pequeña, y cuando tocó la vida conyugal no fue muy positiva tampoco, eduqué a mis hijos lejos del padre y fue muy arduo, hasta que encontré a mi nueva pareja que es todo terreno de seguridad; de hecho, me animo a decir que es lo único seguro que tengo en torno a mí, porque a veces te fallan los hermanos, los amigos, incluso los hijos, pero sé que mi esposo no lo hará. Precisamente por mi estilo de vivir en solitario diría que desarrollé la resiliencia, y subconscientemente la plasmo en mis personajes, creo que todos tenemos la capacidad de reconstruirnos, en especial todas las mujeres que somos fuertes desde la concepción porque llevamos una increíble maquinaria perfecta para procrear seres humanos y luchar por nuestros sueños.
¿Cómo fue la experiencia de participar en la Feria del Libro?
Fue mi primera vez en esta gran Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Me gustó mucho participar en ella, aunque hizo falta más información y atención a los autores por parte de la editorial, comprendo que el personal no abasteció para manejar ese conglomerado de escritores y sus obras, pero confieso que me sentí un poco abrumada. Sin embargo, como desarrollé un papel activo como corresponsal de prensa de la revista Temas Cochabamba (www.temas.cbba.com), de la que soy editora en mi ciudad natal, ello me ayudó a sobrellevar con alegría todo el evento de la Feria del Libro.
¿Cuáles son los proyectos a corto y mediano plazo?
Actualmente estoy en tres proyectos importantes, uno es que trabajo como conductora del programa "A cierta hora", en el ciclo "En la otra puerta" junto a reconocidos escritores argentinos, que se emite todos los domingos a hrs. 17.30 por www.enlaotrapuerta.com.ar, otro que estoy armando una Antología de Escritoras Cochabambinas, a publicarse en Bolivia. Y el proyecto más importante para este año es el lanzamiento de mi tercera novela. Espero calificar para la editorial Ruinas Circulares en Buenos Aires, y futura reedición en mi país de origen.
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Gracias por la entrevita, Juglar Comunicaciones! Saludos cordiales,
ResponderEliminarSaludos a los escritoras y escritores bolivianos y argentinos, que tenemos mucho en común y compartimos puentes.
ResponderEliminarMuy linda e interesante entrevista. Felicitaciones, Rosemarie! CAriños.
ResponderEliminarGracias, Lidia Ines. Saludos!!
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