David Bogado es actor, dramaturgo y director. Integra la compañía ClanDestino Teatro, con la cual está presentando su nueva obra con marcado compromiso y denuncia social.
Estuvimos en una de las funciones de "Pobre Argentino
Pobre" y pudimos conversar con el autor.
En tus obras se
aprecia un fuerte compromiso y denuncia social. ¿Cuál fue el origen de dicho
interés?
Me pregunto seguido esto. Y no sé en qué momento aparece
esto. Cuando empecé a hacer teatro, yo era una persona que no se interesaba en
política. En el secundario repetí. Era un desastre. Por eso digo, el teatro medio
como que me salvó la vida. Empecé a leer, a escribir y fui encontrando algo
donde me sentí cómodo y hoy en día es mi vocación.
Siempre las obras que me fueron tocando eran obras con un
contenido político muy importante. Todo me fue llevando, en una forma tan
orgánica que no me di cuenta. Una de las primeras fue "La Mala Sangre",
un clásico de Griselda Gambaro, que habla de la dictadura, solo que llevada entre
unitarios y federales, pero tiene una bajada de línea muy clara. Después
trabajé en Teatro Abierto, en Teatro x la Identidad y siempre anduvo por ahí el
teatro político. Sin querer, fue apareciendo y en la primer época fue un teatro
más crudo. Ya en los últimos años, me fui enganchando un poco con este humor
medio ácido, medio trágico, donde me siento cómodo y puedo contar algo frágil, súper
delicado e íntimo. Es así. Una entrada de humor siempre es mejor recibida por
la gente.
¿Por qué elegiste "Pobre Argentino Pobre", y no
otra de las tantas crisis que tuvimos?
En verdad, la obra nace de una forma muy rara. Empecé a
escribir y no tenía idea sobre qué iba a hablar, ni de qué se iba a
tratar. Sabía de antemano cómo empezaba,
cómo terminaba y el medio. El conflicto. Tenía una línea a seguir. Empecé a
escribir cuatro personajes: el personaje principal, que es el suicida, el que comienza
la obra y cuatro personajes, que intentan detenerlo. Había un personaje alejado
que miraba toda la escena. Y así escribí cinco, o siete hojas, y no sabía por
qué se mataba, ni sabía quiénes eran esas personas que estaban atrás, así como
tampoco sabía por qué este tipo miraba y no participaba. Seguí escribiendo y de
a poquito se fue dando de una forma orgánica: apareció la crisis, después el
jubilado que se pegó un tiro y lo asocié automáticamente con lo que estaba
armando. Había cosas de paralelismo que se iban manifestando con el momento que
estamos viviendo ahora. Esta obra la escribí en agosto del año pasado. Nunca me
imaginé que íbamos a estar viviendo cosas tan parecidas. Fue apareciendo de a
poquito. Al principio eran veinte actores, después dieciocho, quince. Empezamos
diez y terminamos ocho. Fue una búsqueda también. Nunca me propuse escribir
sobre el 2001. Surgió de una forma muy suelta. Después me puse a investigar un montón
y busqué imágenes, fotos, audios, etc.. De hecho, la obra comienza con audios
de spots de campaña y me di cuenta de que estaban muy nuevas todavía. Como que
pasaron hace mucho pero a la vez no. Es una herida que todavía está abierta. Y
apareció el humor, también, de una forma muy chiquitita sobre un tema muy
pesado. En mi casa sufrimos. Yo tenía quince años, mucho no me acuerdo. Recuerdo
estar en Misiones y no poder volver porque se había declarado el estado de
sitio, y a mi vieja llamándome angustiada. No me enteré de casi nada. Sí
recuerdo los patacones. Ir con mi mamá a comprar con plata que parecía falsa me
parecía divertido, pero después cuando tomé conciencia y asocié me di cuenta de
lo terrible que fue. No nos agarró el corralito, pero mis viejos se quedaron
sin trabajo y se las tuvieron que rebuscar todo el tiempo. Se ve que algo mamé,
que algo quedó de eso. Inconscientemente cuando empecé a escribir fue aflorando
por su propio peso.
¿Cuáles pensás que son las claves para que la obra tenga tan buena repercusión?
Creo que todavía es una obra que abarca un tema que no se
olvidó, como el tema de la dictadura, que siempre se hacen obras y se
conmemora, pero siento que es algo más lejano. Y si bien, la crisis de 2001
pasó hace un montón, está como olvidada y hasta ahí, pero muy cerquita a la vez.
En los momentos que estamos viviendo, "Pobre Argentino Pobre" hace un juego permanente entre el
pasado y el presente con las frases que se repiten, adornadas un poco más o
menos, con el FMI que aparece, con los patacones que parecen regresar con otro
nombre, como se vio en San Juan. Y los discursos... Son muy parecidos. La gente
se siente un poco identificada y eso genera un choque que está buenísimo que
pase.
¿Te ves haciendo "Pobre Argentino Pobre" 2018, de
acá a veinte años?
Esperemos que no. Por un lado empiezan a salir otras cosas
alarmantes. En uno de los ensayos del corralito, estábamos con las cacerolas y
salimos de la sala y afuera estaba la gente con los cacerolazos. Nos quedamos sorprendidos.
Nunca pensamos que iba a estar tan de la mano y esperemos que no llegue a
tanto.
¿Cuáles son los pro y los contra que encuentran tus
producciones al momento de llevarlas a escena?
Por suerte no tenemos tantas. Somos un grupo que viene
trabajando ya desde hace cinco años. Ya en las primeras obras decidimos no
ganar nada de plata y hacer un pozo común para reinvertirlo en otros proyectos.
La idea es tener un buen pozo en común para el momento de la producción ya sea;
vestuario, sillas, difusión, prensa, etc.. tener esa plata que no sale de
nuestros bolsillos. Y cada obra lleva su inversión.
¿Qué le dirías a quien todavía no fue a verla?
Los invitamos a ver la obra. La gente que viene llora, se
ríe y pasa por muchos estados. Es un buen momento porque te choca verla, te
invita a reflexionar. Hay algo que aparece que está bueno verlo en teatro, en
vivo, porque llega de otra forma. De una manera más interesante.
Pobre Argentino Pobre
se presenta hasta el 29 de junio, los días viernes a las 21 hs en
Teatro Espacio GADI - Av. San Juan 3852 - CABA
Taller Laboratorio Teatral
Se brinda en el Espacio Tole Tole los días jueves de 18 a 20 hs. en Pasteur 683. - CABA
Links:
Facebook Grupo ClanDestino Teatro
No hay comentarios:
Publicar un comentario